Sabinosa celebra este fin de semana una de sus fiestas más representativas: San Simón.
Patrón de este pueblo, quizá uno de los más antiguos de La Isla, cuna del folclore herreño y el pueblo más occidental de España.
San Simón es desde hace más de tres décadas una invitación abierta de los vecinos del pueblo al conjunto de la ciudadanía. Una “Fiesta, para los gaveteros, de guardar”, timple en mano con tocadores y versadores, con canciones antiguas, que narran recuerdos o amores perdidos, con puntos cubanos a los que el pueblo acompaña de casa en casa y de vino en vino, una fiesta de parranda como las de antes.
Para mí, como alcalde del municipio de La Frontera, y a la vez como vecino e invitado, supone un orgullo escribir sobre el sentido y las sensaciones que ésta provoca en muchos de nosotros.
Esta es una Fiesta del pueblo, los vecinos que viven lejos tienen de antemano marcado en su calendario la cita con San Simón. El pueblo se reúne para preparar todo lo necesario. Un calendario que incluye diferentes actividades y como centro de ellas, el Baile de Cuerdas: el encuentro de todos los que año tras año allí se dan cita, y punto de partida de La Parranda, del recorrido por sus calles, por las casas y por sus bodegas.
La Berlina, La Mazurca o La Meda. ¿Quién no las ha cantado o acompañado su ritmo en el Casino
o en las calles de Sabinosa? ¿Quién no ha tarareado, “El limón, limonero”, el himno de San Simón que todos sus vecinos evocan?
A San Simón todo el mundo está invitado. La hospitalidad de Sabinosa está reconocida. Las puertas de las casas se abren con el sonido de la parranda. Una casa, una canción, un ofrecimiento de comida y de vino. Famoso vino de las Vetas, “un vino dulce, de solera que refleja la influencia antigua, la experiencia y el amor por la viña y, hoy, convertido en casi un mito”.
San Simón empieza un par de días antes de su celebración cuando se reúnen los vecinos; ellas a pelar papas, y ellos a cortar carne. Un momento de trabajo pero también un momento para el encuentro y la distensión. La Fiesta empieza con estos pequeños instantes: todo preparado y listo para el viernes.
El pueblo escoge este día para La Parranda y el sábado para los festejos propios del Santo, independientemente del día en el que caiga la fecha festiva en el calendario, dejando el domingo para el descanso o bien para el regreso.
El viernes en la tarde actividades para los niños; en la noche, el baile en el Casino a ritmo de “cuerda” hasta las dos de la mañana y, después, a parrandear por las calles de Sabinosa pidiendo las morenas, (con premio a la mejor “morenita hey”) o los chorizos que servirán para el desayuno de la “amanecida”. Tras ella, un pequeño alto en el camino para un breve descanso antes de la Venia al Santo Patrón y de los oficios religiosos; comida de hermandad amenizada con baile, festival folclórico y nuevo baile en la noche.
Los tiempos cambian, pero lo importante siempre permanece; como permanece el espíritu de reencuentro de esta Fiesta que termina el domingo, que este año cae en 28, San Simón; un domingo de descanso y 12 horas para mirar el cielo, porque esa es otra de las peculiaridades de esta Fiesta: la lectura de las señales que indicarán a las personas mayores de Sabinosa el tiempo que hará a lo largo del año.
Una tradición que espero que los jóvenes podamos preservar para el futuro.
(*) Alcalde del Ayuntamiento de La Frontera.