Es evidente que hace muchos años, cuando la Bajada de la Virgen de los Reyes era un acto íntimo de fe y devoción, eran los propios herreños los que la organizaban con escasos medios y atendiendo a una promesa que hubiera o no urgente necesidad la llevarían cada cuatro años de la Dehesa a la Villa de Valverde. 

Desde 1745, fecha de la primera Bajada, tiempo ha pasado para adaptar aquellas Bajadas de la Virgen de antaño que se celebraban en mayo y pasarlas para el primer sábado del mes de julio. 

Mucho también ha cambiado aquel Hierro aislado en la historia y en el tiempo. Sin puerto hasta la década de los 60, sin aeropuerto hasta 1972, y hasta sin gente como consecuencia de la emigración a América.

Fíjense si han cambiado cosas que antes el traslado solo se hacía hasta la Villa de Valverde, en un camino polvoriento de ida y vuelta, se llegaba a tocar y bailar sin una indumentaria característica, he llegado a ver en fotografías tocadores con traje de gala en aquellos tiempo posiblemente el único que tenían, acompañados de corbatas casi siempre negras, y los bailarines vestidos de campesinos y unas simples alpargatas de tela y suela de goma para hacer el camino de devoción.

No es cuestión ahora de relatar las raíces de la Bajada de la Virgen, los posteriores desplazamientos a los pueblos antes de la Subida, la delimitación de `rayas´ en el recorrido de la Virgen, la modernización del “Novenario” y la conciliación entre la fe y la diversión, la Venía General en la Cruz de los Reyes como encuentro simbólico de todos los pueblos….

Está claro que El Hierro es diferente y las tradiciones, sin perder totalmente su esencia, puede ir adaptándose a los nuevos tiempos. De hecho, nuestra Bajadas ha ido penetrando en el exterior por su grandeza, colorido, vistosidad, fuerza y belleza, convirtiéndose en un evento multitudinario e imparable, al que parece que todos, me incluyo, promocionamos, pero nos discutimos a nosotros mismos ¿hasta dónde queremos que llegue?

La Bajada de la Virgen en cuanto a su dimensión no deja ser un mar de contradicciones. Queremos que nos venga gente, pero por otro lado nos planteamos que cada vez están más masificadas y `no hay cama pa´ tanta´. 

Sigues escuchando que la Bajada ya no se organiza sola, pero por otro lado se discute la presencia de las instituciones porque no deja de ser una intromisión y politización de la tradición. Se plantea por unos sectores que la salida de los grupos de bailarines fuera de la isla se debe limitar y que propician el efecto llamada y un deterioro de la tradición, y por otros sectores que hay que enseñar al mundo nuestras tradiciones. 

Todos queremos tener razón en nuestros planteamientos, pero son miles, al igual que las opiniones y discusiones respecto a este tema que nos une, pero también desgraciadamente nos divide. Esperemos que no pase de la discusión y no nos enfrente como pueblo.

Hoy, y si me lo permiten, voy a demandar la necesidad de modernizar y adaptar a los nuevos tiempos las estructuras orgánicas y organizativas de la Bajada de la Virgen de los Reyes. 

No es posible plantear la organización de un evento religioso, patrimonial, cultural, etnográfico, histórico, festivo, y tantas cosas más; primero con una Fundación, después con una Comisión Mixta y ahora, creo que se llama, Comisión Organizadora de la Bajada, o algo así. 

Está claro, y con el debido respeto y agradecimiento a todos los que han sido y son sus componentes, que podrán representar a sus propios estamentos, pero no necesariamente a todos y cada uno de los herreños. 

Es preciso consensuar, conjuntar, acercar, …, y a veces desgraciadamente las desavenencias y la unanimidad responde a otros derroteros que nada tienen que ver con la tradición por lo que se hace necesario contar con un foro más abierto y participativo. 

Lo hemos visto en otras Bajadas y lo estamos viendo en la que se nos aproxima que siempre hay 'flecos' que se quedan en el aire, y las improvisaciones nunca son buenas.

No hace falta que nos traslademos muy lejos para tomar ejemplo. Vayamos a la isla de La Palma, no en avión directo porque sigue sin haber, sino virtualmente a través de la documentación, en concreto al Boletín Oficial de la Provincia (BOP 73/de 18 de junio de 2018) en el que se publican los estatutos del Organismo Autónomo de la Bajada de la Virgen de La Palma, de sus constitución, naturaleza, fines y régimen jurídico…, y, sobre todo, de sus potestades organizativas y competencias, distinguiendo entre órganos de gobierno y de administración, estableciéndose un Consejo Rector y otro de Gerencia, donde se da cabida además de a las administraciones públicas y eclesiásticas, a un amplio espectro de la sociedad palmera que van desde las principales asociaciones empresariales, cívicas, culturales y turísticas.

Las distancias entre ambos eventos, la Bajada de La Palma y la de El Hierro, son significativas, pero sí coincidentes en el fin último que es coordinar, organizar, aunar, … en definitiva para que todo salga bien y la tradición se siga cumpliendo con esplendor y devoción.

Como herreño, y sin ningún otro tipo de matiz, creo que las estructuras organizativas de la Bajada de la Virgen de los Reyes están anquilosadas en el tiempo y merecen una renovación o adecuación. 

Ya no nos da tiempo, pero en los próximos cuatro años, si la Virgen nos da salud, debemos tener clara la necesidad de crear este Organismo Autónomo de la Bajada de la Virgen de los Reyes si queremos salvaguardarla. 

Nuestra tradición bien lo merece, y nuestra Patrona aún más.