![]() Tomás Padrón durante el acto. Foto: Raúl Álamo.
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Tomás Padrón es El Hierro; El Hierro es Tomás Padrón. Los reconocimientos, qué duda cabe, hay que hacerlos en vida. Y la presentación del libro “Tomás Padrón. El hombre y la isla'', de la periodista palmera, Mara Cavallé, sirvió, el pasado sábado, 30 de octubre, como un merecido homenaje a un hombre que lo ha dado todo por su isla. Y tenía que ser en El Pinar, su pueblo natal, cuna de políticos de talla, un pueblo aguerrido, luchador y fiel a sus principios, como sus hijos e hijas y como aquellos que un día, hace ya muchos años, dieron un salto a la política en una isla donde te morías de una simple apendicitis, donde no había luz en muchos de sus pueblos y cuyo nombre: El Hierro, sonaba a destierro cruel. Hombres como Tomás Padrón acabaron con aquel aislamiento y pusieron a la isla en el mapa. Su autora, la periodista palmera, Mara Cavallé, ha descrito con detalle la lucha del político herreño por salvar a la isla del ostracismo y la pobreza que suponía la ultraperiferia en el siglo XX. Y así fue, así es y aún, así será, pues Tomás Padrón, desde su serena jubilación, en la profunda quietud de Echedo, ve la vida pasar con merecida tranquilidad. Aquí, se relaja con sus huertas, con su familia, con largos paseos por la geografía insular…Con un ojo mira sus viñas y con el otro no pierde detalle del acontecer de una isla que él supo situar en los más alto. - “Sergio, me pillas caminando…¿Recuerdas dónde estuvimos sacando fotos cuando el gran incendio, que me hiciste una foto al lado de un burro que nos encontramos mientras andábamos mirando los destrozos del fuego?", me pregunta sonriendo a través del teléfono. - "Pero…¡No paras!", le digo. "¿Hasta tan lejos te fuiste a caminar?", le pregunto. Y así es, entre largos paseos diarios entre El Borque y El Pinito, con vistas al Mar de Las Calmas, las laderas de El Julan, El Mercader, El pico de Malpaso y el faro de Orchilla, Tomás Padrón mira atrás y repasa sus andanzas. “Y en esas reflexiones de caminante solitario, me digo que si tuviera que decir que es lo que me ha movido en la vida, diría que El Hierro”, recuerda, nostálgico. Bien es cierto, no obstante, que en sus andanzas políticas, Padrón ha tenido que luchar más con hombres que con molinos. Los molinos los fraguó con otra idea: El Garoé del siglo XXI". “Nunca pensé que alguien pudiera fijarse en mi trayectoria personal para escribir un libro. Es algo que considero de gran relevancia intelectual y creativa. Pero estoy aquí, arropado por mi familia y por todos ustedes, y tengo que agradecer enormemente a doña Mara Cavallé, la autora de este libro, su paciencia, su educación, su exquisito trato hacia mi y mi familia en todo este tiempo, hace ya más de dos años”, dijo Tomás Padrón durante la presentación del libro. Para Padrón, “quizás, algo haya tenido que ver con esta elección, que también ella procede de una isla periférica, lo que aprovecho para enviar a todos los palmeros mucho ánimo y fuerza en estos difíciles momentos que están atravesando, y que seguro superaran”, añadió un Tomás Padrón sensibilizado con la isla hermana de La Palma. “La elección de este local para presentar el acto (centro cultural Luis Martín Arvelo de El Pinar), tiene para mi connotaciones históricas relevantes. Aquí, se desarrollan las principales actividades sociales y culturales del municipio, aquí se proclamó la constitución del Ayuntamiento de El Pinar, aprobado por el Cabildo a propuesta de la Comisión Promotora; y, este centro, lleva también el nombre de don Luis Martin Arvelo, maestro que me transmitió las primeras enseñanzas y que generó movimiento social y cultural en tiempos difíciles de emigración y pobreza, removiendo los sentimientos más profundos de este pueblo. Fue mi orientador y guía en el camino a seguir en los estudios, proponiendo a mi madre mi marcha a Gran Canaria a la escuela de formación profesional. A don Luis y su esposa, doña Guillermina, siempre los he tenido en mi recuerdo”, rememoró Padrón en su intervención. Dentro de su particular forma de ser, desde su modestia y alejado de reconocer, efectivamente, lo que la isla le ha agradecido siempre (su total dedicación a la isla), Tomás Padrón, dijo que “pienso y creo que lo que yo, como representante de los herreños durante algunas décadas, he podido contribuir a hacer por El Hierro lo hubiera podido hacer cualquier otro herreño. Pero, en la ruleta de la vida, me toco a mí y a diez compañeros más, emprender aquella aventura de la política en el mismo momento que se celebraron las primeras elecciones locales de 1979”, dijo. “Creímos, entonces, Carmelo, Sotero, Juan Manuel, Sergio, Chano, Juan Miguel, Maxi, Marcelino q.e.p.d., Eladio, Pablo y yo, que era nuestra obligación dar un paso al frente para intentar dignificar la vida de nuestra gente, en una isla como la nuestra, pequeña, poco poblada, y en el rincón canario del olvido”, recordó. “Para mí, como coordinador del grupo, y para mis compañeros, era la mejor manera de devolver a nuestros antepasados, a nuestras familias y a nuestros inmigrantes la razón por la que habían luchado y habían pasado tantos sacrificios”, agregó. Para Tomás Padrón, “yo no soy quién, ahora, para valorar lo bien o mal que lo pudimos haber hecho en la acción pública, porque seguro,- como todo en la vida,- que hay opiniones para todos los gustos; pero sí les puedo asegurar que siempre pensamos en mejorar la vida de los herreños, y siempre creyendo y tratando de ejercer firmemente la honestidad en el trabajo y el esfuerzo, porque eso es lo que aprendimos desde que nacimos los de mi generación”, señaló ante una abarrotada sala. “Éramos humildes, sencillos, isla pequeña y pocos en número, pero eso no era, ni es, excusa para que no tuviéramos los mismos derechos a progresar que cualquier otro canario o español, hubiera nacido donde hubiera nacido. Y por eso dimos aquel paso adelante”, señaló. UN EMIGRANTE MÁS Tomás Padrón recordó su época de estudiante. “Salí a los 12 años a estudiar en Gran Canaria. Desde allí, sin terminar, emigré a Venezuela con mi madre. Vuelta a Gran Canaria, esta vez solo, a terminar estudios. Ida a La Palma, en mi primer trabajo profesional y desde La Palma a El Hierro, en 1970, en tareas de electrificación de la isla. Volvía a mi origen natural”, rememoró. “El abandono y las injusticias que vivimos entonces no podían seguir sucediendo. Ni en transportes, ni en sanidad, ni en educación, ni en reparto de fondos económicos, ni en inversiones, ni en oportunidades para vivir dignamente, los herreños teníamos lo que necesitábamos y lo que merecíamos. Pero, también cierto que hoy podemos mirar a un futuro mucho mejor que el que se nos presentaba en los años 80 y 90 del siglo pasado”, sostiene. Antes de terminar este día de emociones especiales para mí, permítanme recordar a mi padre, del que solo pude disfrutar 7 años de mi vida; a mi madre, que me crio y guio en la infancia y en la juventud, y gran sacrificada en la emigración para encaminar mis estudios y futuro profesional. A mis hermanos Petra y Juan, en Venezuela, a Dámaso y esposa Nina por su apoyo, sobre todo en mis estancias vacacionales en El Hierro. También, quiero tener un recuerdo especial para Juan y Mercedes, ya fallecidos, y a sus hijos Juan y Enrique, tíos y primos que me acogieron como a un hijo y hermano en su casa de Gran Canaria para que pudiera cursar los estudios. A mis compañeros de trabajo en mi etapa en Unelco, con los que formamos un equipo de servicio a la isla desde la empresa pública encargada de la electrificación. A los compañeros y amigos de mi trayectoria política, porque compartimos lucha y sacrificio en la tarea de una isla mejor. Nada podía sacar adelante como coordinador sin su compromiso y colaboración compartida. Entre todos obtuvimos siempre el máximo apoyo de los herreños. A mi esposa y mis hijos, soportes básicos de mis vivencias diarias. Su cariño, su apoyo permanente y colaboración han sido mi sostenimiento físico y moral. Por último, permítanme expresar un deseo personal y familiar. Que mi nieta Irene, de 15 meses de edad, cuando aprenda y lea el libro “Tomas Padron, el hombre y la isla”, se sienta orgullosa de lo que haya podido aportar por una isla sostenible, su abuelo Tomas”, concluyó el ex presidente del Cabildo durante su intervención. |
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