![]() |
|
Estimado señor Eligio: Me dirijo a usted desde el respeto y la consideración que le profeso, consciente de su trayectoria y de la relevancia de su voz en los asuntos que atañen a nuestra isla. Sin embargo, y con el mismo respeto, creo necesario matizar algunas afirmaciones y aportar un contexto que considero esencial para que el debate sobre nuestra tradición más querida se sostenga sobre una visión completa y no parcial. En primer lugar, los hechos que llevaron a la decisión de que el grupo de bailarines de El Pinar no comparta raya con el de Sabinosa ya fueron expuestos de forma clara y detallada en el comunicado oficial emitido por la Asociación de Bailarines de El Pinar. Es innecesario repetir aquí ese relato, pero sí es justo recordar que no se trató de una decisión precipitada ni unilateral, sino de un acuerdo madurado a lo largo del tiempo, fruto de experiencias concretas y de un diálogo prolongado. Me preocupa, no obstante, que su valoración parezca más anclada en la percepción externa que en la vivencia diaria de quienes estamos implicados directamente en la organización y desarrollo de la Bajada. El día a día en El Hierro nos muestra una realidad que no siempre es visible para quienes la observan desde fuera: una red compleja de relaciones, compromisos, acuerdos tácitos y responsabilidades que se renuevan generación tras generación. En su escrito, usted afirma que la decisión no fue tomada por el pueblo ni por su ayuntamiento, lo que, con todo respeto, no se ajusta a la realidad. La determinación de 2015 se adoptó en El Pinar, con amplia representación vecinal, la presencia del alcalde y de todo el grupo de bailarines. Fue una votación unánime, fruto de un proceso transparente y participativo, en el que se escucharon todas las voces y se actuó conforme al sentir colectivo. Reducir este hecho a la voluntad de “cuatro bailarines” no refleja ni el espíritu democrático ni la legitimidad de aquella decisión. En cuanto a su propuesta de dotar a la Bajada de una ordenación jurídica, coincido en que debemos garantizar la preservación de este hecho cultural e histórico, evitando que se diluya en un evento meramente folclórico. Sin embargo, esta ordenación no puede depender exclusivamente del Cabildo. Para que sea legítima y eficaz, debe construirse desde el consenso entre todos los interlocutores válidos: Cabildo, grupos de bailarines, representantes vecinales, la Iglesia y otras entidades implicadas. La historia de la Bajada no pertenece solo a una institución, sino al conjunto de la comunidad que la ha protegido, transmitido y enriquecido durante siglos. La Bajada de este año ha sido un ejemplo vivo de lo que se logra cuando se respeta lo acordado: puntualidad, orden, emoción y una puesta en escena que honró tanto a la Virgen como a nuestros mayores. Ese resultado no es fruto de la casualidad, sino del esfuerzo conjunto, de la responsabilidad compartida y del compromiso serio de quienes bailamos, tocamos, organizamos y acompañamos. Por ello, creo que el camino no es señalar culpables ni reducir el debate a simplificaciones, sino reconocer la complejidad de esta tradición y la necesidad de construir desde la INTERNAL cooperación. El bien común de la Bajada debe estar siempre por encima de las visiones parciales o de los desencuentros puntuales. Le invito, con la sinceridad que me permite hablar como vecina activa y como miembro de los bailarines, a que cualquier futuro diálogo se nutra de todas las voces y de todos los matices. Solo así preservaremos lo que nos une y evitaremos que las diferencias de criterio se conviertan en grietas irreparables. Con estima, (*) Yurena Quintero Padrón. Vecina de El Pinar y miembro del grupo de bailarines. |
ULTIMAS NOTICIAS
|
Avda. Dacio Darias, 30. 38900 - Valverde El Hierro. © 2005-2025 • Todos los derechos reservados |
DIARIO EL HIERRO PRODUCCIONES, S.L.
© Todas las imágenes, textos, etc. de este periódico digital están protegidas por leyes de derecho de autor internacionales. Su reproducción, sin autorización expresa y por escrito, queda terminantemente prohibida. |